Me gusta el mundo bitcoin. Me gusta la idea de una moneda descentralizada y no manipulable (o por lo menos, no fácilmente manipulable).
Veremos qué depara el futuro, y aunque mi intuición (o mi experiencia) me lleve a desconfiar de la naturaleza humana, he de reconocer que el sistema BTC es el que mejor refleja la revolución que significó la aparición de internet.