Desde nuestros cómodos sillones del primer mundo es difícil ver la revolución del bitcoin, pero en muchas regiones de África el banco más cercano es el móvil de tu vecino que vive a 20 kilómetros, allí sí que conocen la revolución. Lo de Zimbabue demuestra, además, que cuando el sistema financiero fiscal falla, el bitcoin acude en ayuda del pueblo.
Saludos