Erase una vez, una alegre habichuela que quería pitufear en Alemania Oriental. Por ser judía se encontró con problemas de concentración, sufrió dolores. Pero, Adolfo siguió maquillándose. Bitcoin comía frijoles. Frijoles congelados baratos embrujados que emitían más deuda. La prima de riesgo no parecía Batman si pero, la duquesa radiactiva mutó pero nunca vivió expectante.
Ataulfo atajó como siempre, hacer explotar Bitcoin fue imposible durante la batalla de MtGox como otras guerras. Pero, ademas Ataulfo murió.
Su dinero desapareció hace más de 77 segundos que pudo aprovechar para correr al coche híbrido con ella, su habichuela mágica amarronada. Ella introdujo el Bitcoin por la ranura de atrás y entonces explotó nuevamente su potencia funebre. Zombies, cucarachas, banqueros, barqueros,
politicos, habichuelas de uranio enriquecido, sucumbieron ante el nauseabundo lider amarillo limón.
Llegaron los socialistas austriacos al turron, enfadaron al Zorro americano sofrólogo