En efecto la realidad viene determinada por la oferta y la demanda (complementadas por la competencia y el estado de ánimos general de los mercados). Los techos o suelos son líneas imaginarias, psicológicas, y no son reales.

En el mundo de las inversiones tradicional, hasta aquello que se consideraba valor en alza seguro, el ladrillo, pinchó cuando empezó a haber más oferta que demanda (o cuando la demanda cayó en picado porque el paro aumentó tanto y las hipotecas estaban más difíciles de conseguir).

Los metales y minerales preciosos son los que gozan mayor estabilidad porque por naturaleza presentan una cualidad, su escasez con respecto a otras materias primas, y la lentitud con la que se extraen de la tierra las reservas que van quedando de ellos, todo ello combinado con que poseen propiedades físicas que otros no poseen de una forma muy significada, lo que ahonda en su mayor demanda que oferta natural (oro, platino, diamantes).

En el bitcoin lo de la escasez es curioso, se acuñan-minan 3000 nuevos BTC cada día, pero la mayoría de los que hay en vigor están parados, no se mueven en los mercados, y tampoco como moneda de pago (también tienen que avanzar un poco más su implantación como método de pago).

Luego están los efectos rebotes, todo lo que sube mucho, luego baja con más fuerza, y al revés. Los especuladores profesionales juegan no sólo con el factor dinero, sino con el factor tiempo. Saludos


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