Sin duda alguno eso sería lo ideal, especialmente para quienes aún conservamos cierto idealismo original en donde dibujábamos un mundo sin fiat, donde todas las necesidades económicas, bancarias y financieras podrían ser cubiertas de una manera fácil, rápida y asequible a través del bitcoin.
Pero creo que diez años han sido suficientes para sacar un balance claro y contundente al respecto: el bitcoin está aún muy lejos de ser la criptomoneda dominante que muchos soñábamos, y aún seguimos batallando en darle a a conocer a nuestros vecinos y animarles a adquirir bitcoins.
Por lo tanto, especialmente para aquellos que nos hemos comprometido de lleno con las criptomonedas y todas nuestras finanzas e ingresos dependen de ellas, nos encontramos cotidianamente conque aún son muy limitadas las opciones que tenemos en nuestro día a día para utilizarlas y cubrir nuestras necesidades básicas, por lo que aún a regañadientes a veces nos seguiremos viendo forzados a intercambiar nuestras valiosas coins por nuestras shitcoins nacionales.