Es una verdadera pena que en vez de apoyar al ecosistema blockchain y a su emergente crecimiento exponencial año tras año, ahora quieran dedicarse a saber quién o no tiene patrimonio virtual, y además quieran catalogarlo como una "operación contra el blanqueo de capitales y el fraude fiscal". Sinceramente, se nota que los que están a cargo de los mandos tributarios, no tienen una visión acertada de lo que esto está significando para las libertades socioeconómicas (en nuestro territorio y en algunos también hispanos inclusive más; véase Venezuela, Argentina, etc), y de lo que significará para las generaciones venideras.
Tratar de ponerle puertas al campo es simplemente una torpeza de grandes magnitudes. las cuales en unos años podrían tornarse en irreversibles y derivarían en una magna evasión de un capital virtual que no está regido (ni puede estarlo, bajo un punto de vista ético) bajo ninguna jurisdicción estatal. Es solamente en el momento del paso a FIAT cuando dicha evasión pueda ser perseguida, y ahí podríamos entrar en el debate de si es bueno o malo el evadir un incremento patrimonial, pero es indudable que el simple hecho de la posesión de divisas virtuales no debe estar bajo la jurisdicción y vigilancia tributaria de ningún país.
En mi caso, yo soy de los que piensan que jamás me tocarán un duro de lo que tengo en posesiones virtuales, y jamás lo harán cuando lo pase a FIAT (al menos en territorio español), ya que teniendo en cuenta mi experiencia con el sistema, éste no ha hecho nada para evitar desgracias en mi vida (no entraré en muchos detalles, pero "gracias" al sistema llegué a perder el legado de mi abuelo, el cual pusieron en subasta sin tener en cuenta a un heredero universal que todavía está vivo), y por ende no me siento obligado ni comprometido en seguir sus reglas del juego.
Llamémosle frustración, venganza, o cualesquiera que sean las motivaciones de mi posición, pero haré lo posible por evadir mi incremento patrimonial en este territorio, y si algún día dicho incremento formara parte de una mediana o gran riqueza, la tributaría en otros países. Si hubiesen respetado los legados y voluntades de los que ya no están vivos, el cuento sería otro, pero como su indiferencia fue y es extrema, la mía lo será todavía más.
Saludos