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En teoría, si alguien mediante fuerza bruta logra hacerse con la clave privada de la billetera, lo ético que se debería hacer es contactarse con el dueño del dinero y negociar un porcentaje razonable por haberle ayudado a recuperar su dinero y regresarle el resto.
A esto se le añade otro dilema: en nuestro entorno se repite tanto la expresión "not your keys, not your coins" que la inmensa mayoría de las personas con las que he podido contrastar opiniones sobre el tema lo ha acabado tomando al pie de la letra. Sin embargo, esta afirmación es más bien una advertencia frente a los frecuentes depósitos en custodia y los riesgos que conllevan, y no significa que si alguien consigue unas claves se convierte automáticamente en el dueño legítimo de las monedas asociadas.
Sería como afirmar que si me encuentro las llaves de una casa o un coche la propiedad del bien pasaría a ser mía. Ni siquiera encontrar un bien perdido te convierte automáticamente en su dueño, aunque mucha gente desconoce lo que dice la ley al respecto.
Como explique en mi respuesta anterior, quien descubra la contraseña aun no puede acceder a los fondos, me necesitan a mi si o si