<
>
Realmente, quizás lo más relevante sea tener las claves ubicadas en varios sitios físicos, de manera que, si sucede algo en una de las ubicaciones, aún tenemos acceso a las demás. Por enclaves físicos no me refiero a distintos lugres dentro del mismo recinto o habitáculo, sino a distintos recintos. A ver, para cuatro Satoshis no hay que matarse demasiado, pero si el montante empieza a tener cara y ojos, tener una contingencia por si tu vivienda se quema no está de más.
Luego entra en juego cómo los guardas: Hardware wallets, papel, metal, encriptado, cifrado, a trozos, etc. Aquí cada cual con la estrategia que elija, pero quizás habría que tener presente que, cuanto más complicado el proceso, más difícil lo tendrán los potenciales herederos para descifrar la maraña. Ya de por sí, es más que probable que éstos no tengan ni idea de cripto, por lo que los factores de complicación tenderán a que se pierdan en el proceso de recuperación.
Y siendo éste el contexto, uno de los factores importantes a considerar es cómo han de recuperar los activos, o cuanto menos supervisarlos. Doy por hecho de que muchos herederos potenciales no tienen ni conocimientos ni capacidad en el corto plazo para meterse a jugar con claves privadas, wallets de un tipo u otro, y demás. Que lleguen a poder monitorizar o mover los activos es otra quimera, y, en este contexto, hay gente que recurre a apuntar a un familiar "más técnico como soporte, y otros hacen un ejercicio de detallar las instrucciones (que, con el paso del tiempo, pueden no valer). En todo ello, hay gente que además lo complementa con notarios y cajas fuertes como parte del planteamiento.
Creo que el planteamiento será ad-hoc, en función del montante y del entorno de cada cual (conocimiento técnico, interés, etc.).